Conclusión

El envejecimiento cerebral no tiene necesariamente que ir ligado a deterioro cognitivo. Un alto porcentaje de personas alcanza una edad elevada sin presentar síntomas de demencia, aunque su estado cognitivo esté relativamente reducido desde la edad adulta. En condiciones normales, el paso del tiempo actúa de forma deletérea sobre los componentes tisulares del cerebro. Una apropiada intervención, lo más temprana posible, ayudará a mantener al máximo nivel el estado funcional neuronal y, consiguientemente, la cognición como máximo exponente de la condición humana. Todas aquellas medidas que ayuden a este mantenimiento deben emplearse y ponerse a disposición de la comunidad para prevenir las desastrosas consecuencias que el deterioro cognitivo, que conduce a la demencia, causa en todos los ámbitos del entramado biopsicosocial de la especie humana.